LA CONTRARREFORMA
Concilio de Trento (1545 –
1563)
Continuamos este resumen
breve de la Contrarreforma hablando del Concilio de Trente que fue la reunión
de todas las autoridades de la Iglesia Católica así como los obispos para
tratar de parar las reformas protestantes dadas por Martin Lutero. Se dividió
en tres sesiones, la primera iniciada por Paulo III en 1545, la segunda por
Julio III entre los años 1550 - 1555 y concluye con la sesión de Pío IV en
1563.
Algunas de las reformas
llevadas a cabo en este concilio son:
Doctrina La salvación
de Cristo se consigue por la fe y obras, ya sean de caridad, devoción o
penitencia. También se confirma la doctrina del libre albedrío, donde el
cristiano tiene libertad para hacer el bien y el mal, siempre y cuando tuvieras
fe en Dios.
Escritura y tradición Defiende
que la Biblia es el fundamento de la fe cristiana, pero completado con la
tradición y eso significa las interpretaciones que dieron los antiguos autores,
los primeros padres de la Iglesia, de los apóstoles y la decisión de los
concilios ecuménicos anteriores y de los Papas.
Sacramentos Con Lutero
se reconocían solo tres sin embargo la Iglesia reivindica siete; Bautismo;
Matrimonio; Eucaristía; Orden Sacerdotal; Confirmación; Confesión y Penitencia.
Dentro de la Eucaristía su naturaleza está en la Transustanciación; que es la
presencia real del cuerpo y sangre de Cristo bajo la apariencia del pan y del
vino, algo que negaban los protestantes.
Veneración a María y Santos
Aunque Cristo era el primero en venerarse, eso no quitaba de venerar a
María y a los Santos quienes también se consideraban intercesores y por ello
había que rendirles culto.
Autoridad del Papa y de la
Iglesia Su poder era ilimitado, se fortaleció la figura del Papa ya que
este se consideraba el sucesor de San Pedro. El hecho de que la autoridad papal
fuera competente es esa pugna entre reyes y papas que comentábamos
anteriormente y es que muchos reyes querían hacerse partícipe de los asuntos
eclesiásticos y viceversa.
La Compañía de Jesús Para
terminar con este resumen de La Contrarreforma hablaremos de las creaciones
de nuevas órdenes religiosas que constituyeron un papel importante en la
Contrarreforma porque con ellas se defendía y difundía la doctrina del Concilio
de Trento.
Entre ellas destacamos la Compañía
de Jesús fundada en 1540 por Ignacio de Loyola. Se trata de una orden de
educadores pues los jesuitas tenían una gran capacidad intelectual, ellos
enseñan, crean colegios y no conventos, saben escribir y gracias a ellos se van
a reconocer todo lo que habían hecho tanto eruditos, traductores, humanistas….
También se caracterizaron por su difusión evangelizadora por América y
Asia y su vida espiritual a través de la meditación religiosa.
Adriano VI 1522-1523) A la muerte de León X, quien excomulgó a
Lutero, fue elegido como sucesor Adriano de Utrecht, antiguo preceptor de
Carlos V.
De costumbres intachables
quiso imponer orden denunciando los escándalos y la mundanalidad de tantos
clérigos, pero no encontró más que obstáculos e impopularidad.
Envió al legado Chieregati a
Alemania a confesar que la curia era responsable de la mayor parte de los males
provenientes de la etapa medieval.
Desde los cardenales hasta los
funcionarios, resistieron y se burlaron de sus intentos de reformar su Iglesia.
Murió desconsolado.
Para Adriano la fuente de
muchos males en la Iglesia de Roma provenía de la Curia y su sistema de extraer
dinero: reservas, indultos, prebendas, exenciones, etc.
Toda la maquinaria burocrática
corrompida alrededor de este sistema quedaría sin fuente de ingresos.
Quiso reformar la práctica de
las indulgencias eliminando el dinero de por medio.
Se le hizo ver que la misma
corte papal necesitaba la venta de indulgencias para su sostenimiento.
Clemente VII (1523-1534) Perteneciente a la poderosa familia
Médicis, Clemente VII nunca pudo evitar mezclar los intereses de su familia con
los de su Iglesia.
Sus devaneos políticos y
continuos cambios de bando en la política europea, provocaron las iras de
Carlos V.
En 1527 se produjo el “saco”
de Roma a mano de las tropas imperiales.
Enemigo de la celebración de
un concilio, pedida por la inmensa mayoría de los católicos.
Excomulgó a Enrique VIII por
su matrimonio con Ana Bolena.
Pablo III (1534-1549) Pablo III pertenecía a la familia de los
Farnesio, una de las más poderosas que se disputaban la tiara.
Su hermana Giulia había sido
amante de Alejandro VI.
Él mismo tenía tres hijos
bastardos, elevando al cardenalato, nada más ser elegido papa, a dos de sus
nietos.
Lanzó un entredicho contra
Inglaterra (1538) por el divorcio de Enrique VIII.
Animó a Francisco I de Francia
a usar medidas duras contra los protestantes (1535) cuando aparecieron en París
los primeros Placards.
Estimuló en Alemania a los
príncipes católicos a unirse contra la protestante Liga de Esmalcalda.
Encargó a una comisión de
hombres escogidos el estudio de los problemas y la solución de propuestas:
Sadoleto, Pole, Contarini y Caraffa, entre otros.
Bajo el consejo del cardenal
Caraffa, y tal vez de Loyola, Pablo III restaura la Inquisición romana (1542),
al frente de la misma está el cardenal Caraffa.
Pablo III establece el Índice,
lista de libros considerados nocivos con penas severas para los que trafiquen
con ellos. Una vez asegurada por estas medidas su posición, Pablo III empuja la
convocatoria de un concilio.
Pablo IV (1555-1559) Tras el paso por la sede romana de Julio III y
Marcelo II (veinte días), asciende al solio pontificio el cardenal Caraffa,
quien fue inquisidor bajo Pablo III.
Durante su juventud perteneció
al Oratorio del Amor Divino, origen de los teatinos, que propugnaba la reforma
del clero secular. Enemigo de la continuidad del Concilio de Trento, suspendido
por avatares políticos, Pablo IV echa mano de otras medidas (bulas y decretos)
para hacer las reformas.
Pero el primer instrumento de
las reformas de Pablo IV será echar mano de la Inquisición, “la niña de sus
ojos, la favorita de su corazón”.
El prior dominico Ghislieri,
futuro Pío V, nombrado encargado de la Inquisición.
Se establece el catálogo
oficial de libros del Índice.
Entre las víctimas de la
Inquisición de este período figuran los cardenales Aquilea, Morone, Pole y el
primado de España, Bartolomé de Carranza.
Concretamente, el cardenal
Morone fue encarcelado por manifestar que la violencia en cuestiones religiosas
nunca da buenos resultados.
Pablo IV animó a las grandes potencias
a poner en marcha sus propios tribunales inquisitoriales: Francia se negó, pero
España se entregó a ello de lleno. Bajo su pontificado miles de libros fueron
pasto de las llamas, pero también la hoguera alcanzó a todos los sospechosos.
Pío IV (1559-1565) Pío IV nombra cardenal y Secretario de Estado a
su sobrino Carlo Borromeo.
Cierta mitigación en el
endurecimiento de la Inquisición y del Índice.
Dos son las fuentes de la
Revelación: La Sagrada Escritura y las Tradiciones orales. Al proceder ambas
del mismo Dios tienen el mismo valor.
El canon de la Sagrada
Escritura se define concretamente incluyendo los libros deuterocanónicos.
Se sanciona la Vulgata latina
como la versión oficial.
Queda invalidada la pretensión
protestante del principio del libre examen. Solamente la Iglesia, es decir la
jerarquía, tiene la autoridad para interpretar correctamente la Biblia.
Se restringe grandemente la
impresión y edición de la Biblia, poniéndolo siempre bajo la supervisión de la
autoridad eclesiástica.
Pío V (1566-1572) El hasta entonces inquisidor general, Michele
Ghislieri, asciende al pontificado.
Inmediatamente pone manos a la
obra para ejecutar las decisiones disciplinarias del Concilio de Trento: Curia,
obispos, cardenales y párrocos son metidos en cintura.
Tras cinco años de preparación
aparece (1566) el Catecismo en el que queda reflejado el espíritu y la
enseñanza de Trento.
Tomás de Aquino proclamado
doctor de la Iglesia y su línea doctrinal sancionada como oficial.
Orden, a través de la Bula In
coena Domini, a todos los gobernantes de poner en marcha los medios necesarios
para extirpar el protestantismo de sus países.
Amenaza de excomunión al
emperador Maximiliano II por pretender poner en pie de igualdad a católicos y
protestantes en Alemania.
Excomunión a Isabel I de
Inglaterra y liberación a sus súbditos del deber de obedecerla.
El duque de Alba, que luchaba
contra los protestantes en los Países Bajos, recibe el aliento y la bendición
de Pío V. Excomunión a Catalina de Suecia por tomar la comunión bajo dos
especies.
Ejecuciones en Florencia,
Venecia y Mantua.
María de Médicis es apoyada
con un contingente de tropas proveniente de Roma para su persecución de los
protestantes en Francia.
Pío V organiza la Santa
Alianza, al estilo de las antiguas cruzadas, para pelear contra los turcos que
se habían convertido en una seria amenaza militar para Europa Occidental. La
batalla de Lepanto (1571) supone la victoria de la Alianza (Génova, el papa,
Malta, Austria y España).
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