SEMANA 01 / 05 / 17
LA FAMILIA, CÉLULA
PRIMORDIAL DE LA SOCIEDAD : LECTURA AFECTIVA
No es conveniente que el hombre esté solo, por eso en el matrimonio los esposos
se proponen ayudarse mutuamente a conseguir la verdadera felicidad; ellos
escogen no andar solo por los caminos de la vida; quieren proceder juntos, unir
esfuerzos y ayudarse, sostenerse, animarse, etc. Se aman lo más plenamente
posible para juntos alcanzar la realización.
Además, los esposos son indispensables colaboradores en la transmisión de la
vida humana; Dios quiso la
colaboración de los seres humanos en
su plan creador.
De esta realidad instituida por Dios al
principio de la humanidad, Jesús
estableció el sacramento del
matrimonio, el cual es un contrato
entre dos personas de diferente sexo;
este contrato se manifiesta
exactamente por el sí que pronuncian
los que se casas. Sí, quiero; sí me
entrego; sí te recibo.
Se trata de un contrato visible del que
son testigos el sacerdote y los
asistentes: con las manos unidas los
novios se reciben mutuamente como
esposo y esposa, juran fidelidad el uno al otro y prometen amarse y respetarse
hasta la muerte; este sí exige de los esposos una respuesta generosa y continua
para evitar todos aquello que atente contra el mutuo amor y vivir en una apertura
constante a las necesidades del otro. Así como Dios permanece siempre fiel a su
alianza, los novios juran fidelidad a su alianza matrimonial, lo que sólo es posible
con la presencia de Dios en el amor conyugal; enriquecido con otros valores que
presenta el contexto social. -
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