ASPECTOS IMPORTANTES DEL RENACIMIENTO
TALLER Y SOCIALIZACIÓN
Pero
durante el Renacimiento también floreció lo que podemos llamar el
«antihumanismo», y con eso quiero decir un poder eclesiástico y
estatal autoritarios. Durante esta época abundaron también los
procesos contra las brujas y la quema de herejes. la magia y la
superstición. las sangrientas guerras de religión y, cómo no,
también la brutal conquista de América. No obstante, el
humanismo siempre ha tenido un fondo oscuro; ninguna época es
del todo buena o del todo mala. El bien y el mal constituyen dos
hilos que atraviesan la historia de la humanidad. Y a menudo se
entrelazan. Esto nos lleva al siguiente tema clave, que tiene que ver
con el «nuevo método científico” que trajo también consigo el
Renacimiento.
–¿Fue entonces cuando se construyeron las primeras fá-bricas?
–Todavía no. Pero el nuevo método científico fue una condición
necesaria para toda la evolución técnica que tuvo lugar después del
Renacimiento. Con “un nuevo método” quie-ro decir una actitud
totalmente nueva ante lo que es la ciencia. Los frutos materiales de
este nuevo método llegaron luego poco a poco.
–¿En qué consistía ese nuevo método?
–Consistía ante todo en investigar la naturaleza con los propios
sentidos. Ya desde el siglo XIV había cada vez más voces
que advertían contra la fe ciega en las viejas autoridades. Tales
autoridades podían ser los dogmas de la Iglesia así como la filosofía
de la naturaleza de Aristóteles. También advertían del
peligro de creer que los problemas pueden resolverse con una mera
reflexión. Esa fe exagerada en la importancia de la razón había
dominado durante toda la Edad Media. Ahora empezó a decirse
que cualquier investigación de la naturaleza tenía que basarse en la
observación, la experiencia y el experimento. Esto es lo que
llamamos: método empírico..
–¿Qué significa eso?
–Eso significa simplemente que uno basa sus conoci-mientos de las
cosas en su propia experiencia: es decir, ni en papeles polvorientos
ni en quimeras. También en la Antigüe-dad se hacía una ciencia
empírica. Aristóteles, por ejemplo. recogió muchas e importantes
observaciones sobre la naturaleza. Pero los «experimentos
sistemáticos” constituían una comple-ta novedad.
–No tendrían aparatos técnicos como los de hoy...
–Naturalmente no tenían ni calculadoras ni balanzas electrónicas.
Pero tenían las matemáticas y balanzas de otro tipo. Se ponía gran
énfasis en la importancia de expresar las observaciones científicas
en un lenguaje matemático exacto.
“Mide lo que se pueda medir, lo que no se pueda medir, hazlo
medible”, dijo Galileo Galilei, que fue uno de los científicos más
importantes del siglo XVII. También dijo que «el libro de la
naturaleza está escrito en un lenguaje matemático”..
–¿Todos aquellos experimentos y mediciones abrieron el camino a
los nuevos inventos?
–La fase primera fue un nuevo método científico, que abrió el
camino a la revolución técnica. y el progreso técni-co abrió el
camino a todos los inventos que llegaron después. Podríamos decir
que los hombres habían empezado a indepen-dizarse de las
condiciones de la naturaleza. La naturaleza no era sólo algo de lo
que el hombre formaba parte, sino algo que podía utilizar y
aprovechar. “Saber es poder”... dijo el filósofo inglés Francis
Bacon, subrayando de este modo la utilidad prác-tica del saber.
Esto era algo nuevo. Los seres humanos comenza-ron a intervenir
en la naturaleza y a dominarla.
–Pero no solamente con fines positivos...
–No, por eso decíamos lo de los hilos buenos y malos que
constantemente se entremezclan en todo lo que hace el hombre. La
apertura técnica que se inició en el Renacimiento derivó hacia
telares mecánicos y desempleo, medicinas y nuevas enfermedades,
una mayor eficacia de la agricultura y un empobrecimiento de la
naturaleza, electrodomésticos como la-vadoras y frigoríficos, pero
también contaminación y basuras. Teniendo en cuenta las grandes
amenazas a que se enfrenta hoy en día el medio ambiente, muchos
consideran el progreso técnico como un peligroso desvío de las
condiciones de la na-turaleza. Se dice que los hombres hemos
puesto en marcha un proceso que ya no somos capaces de
controlar. Otras almas más optimistas opinan que todavía vivimos
en la infancia de la tecnología. Que es cierto que la civilización
tecnológica ha te-nido enfermedades infantiles, pero que poco a
poco los hom-bres aprenderán a dominar la naturaleza sin, al
mismo tiempo, amenazarla de muerte.
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